Enfriamiento cadavérico

El hombre es un animal homeotermo cuya temperatura corporal se mantiene constante gracias a un conjunto de procesos exotérmicos.  El cese de estos fenómenos dará al enfriamiento progresivo del cadáver (algor mortis).
En términos muy generales, el enfriamiento cadavérico trascurre de forma gradual, disminuyendo la temperatura de modo progresivo hasta igualarse con la del medio ambiente.  En cierto modo, este curso se ha comparado a lo que ocurre con un cuerpo metálico caliente cuando ya no recibe más calor.  Dicho de otro modo, el cadáver a partir del momento de la muerte se comportaría como una plancha eléctrica, una vez desconectada de la corriente.
Tal formulación, no es absolutamente exacta, al menos en los primeros momentos del proceso; en efecto, el calor corporal del cadáver suele conservarse durante un cierto tiempo después de la muerte y aun aumentar en ciertas circunstancias.
  1. Período de equilibrio térmico: en ciertos casos, la curva de enfriamiento muestra una meseta inicial, en la cual se mantiene en equilibrio la temperatura que tenía el cadáver al momento de la muerte.
  2. Hipertermia post mortem: este fenómeno se produce en las siguientes circunstancias: cuando se ha perturbado hondamente antes de la muerte la regulación térmica, como en los casos de insolación y en algunos trastornos neurológicos; cuando ha habido en los músculos un aumento extraordinario en la producción de calor, especialmente en las muertes por convulsiones (tétanos, intoxicación estrícnica) o cuando ha habido una excesiva actividad bacteriana, como en los estados sépticos, cólera, etc.
De estos hechos se ha pensado que las fuentes de calor en esta hipertermia post mortal serían: la persistencia de reacciones vitales, los fenómenos bioquímicos que dan origen a la rigidez o reacciones fermentativas bacterianas.
La hipertermia post mortem puede continuar a una subida de temperatura iniciada en la agonía.  En cualquier caso, no se mantiene más de dos horas, alcanzando su punto máximo hacia los 45 minutos después de la muerte.
Evolución del proceso
El enfriamiento se inicia por los pies, manos y cara, que están fríos a las dos horas después de la muerte.  Se extiende luego a las extremidades, pecho y dorso.  Finalmente se enfrían vientre, axilas y cuello.  Los órganos abdominales profundos conservan el calor por mucho tiempo, incluso por 24 horas.
El enfriamiento al tacto sería completo de las 8 a las 17 horas; más a menudos de 10 a12 horas después de la muerte.  Si la comprobación se hace mediante el termómetro no se establece totalmente hasta las 24 horas.
Considerando una región o zona en particular, el enfriamiento sigue una zona exponencial, obedeciendo a la ley de enfriamiento de Newton.  Pero el gran número de circunstancias extrínsecas e intrínsecas al cadáver que influyen en su evolución  impiden que pueda darse una definición física y matemática válida.
En efecto, la observación y la experiencia han permitido comprobar que la marcha del enfriamiento está condicionada por diversos factores:
  1. Causa de la muerte: las enfermedades crónicas y las hemorragias dan lugar a un rápido enfriamiento.  Lo mismo sucede en las intoxicaciones por fósforo, arsénico y alcohol, las muertes por frío y las grandes quemaduras.  En cambio, el calor dura más tiempo en las enfermedades agudas, apoplejía, insolación, golpe de calor, sofocación.  Lo mismo sucede en las intoxicaciones por venenos convulsivantes como la estricnina y nicotina.
  2. Factores individuales: también influyen en la curva de enfriamiento las características individuales como edad, estatura, estado nutricional (desarrollo de tejido adiposo), peso, etc., factores que condicionan la extensión de la superficie corporal, capacidad calorífica, y aun la capacidad específica de la conducción calórica.  Por esta razón se enfrían más rápidamente los cadáveres de los fetos, recién nacidos y niños que los adultos.  Entre estos es más rápido el enfriamiento de los individuos caquécticos que en los sujetos bien alimentados y pletóricos.  A este respecto, las investigaciones demuestran que el factor fundamental es la circunferencia del cadáver, dependiendo la rapidez del enfriamiento del diámetro corporal, con independencia del espesor del panículo adiposo.  También parece influir en el enfriamiento el estado digestivo en que sorprende la muerte, el enfriamiento sería más rápido si ésta ha tenido lugar estando el sujeto en ayunas.
  3. Factores ambientales: la influencia que el medio ambiente ejerce en la marcha del enfriamiento está en íntima dependencia con el mecanismo físico de la pérdida de calor corporal, con sus cuatro componentes: irradiación, conducción, convección y evaporación.  El cadáver, que en un cierto sentido se ha se hecho un organismo poiquilotermo, sigue las fluctuaciones de temperatura del ambiente; esto es, se enfría más rápidamente cuanto más baja sea la temperatura ambiental y mayores, la humedad y la ventilación. hora bien, no debe olvidarse que estos factores pueden resultar modificados o compensados por la protección que frente a los mismos representen los vestidos, al estar oculto el cadáver entre paja o heno, encerrado en espacios estrechos, etc.
Consecuencia de la posible acción de los diversos factores descritos es que el tiempo necesario para el enfriamiento del cadáver varía muchísimo y que deben examinarse, en cada caso, las circunstancias que concurren en él.  No obstante, como regla general, puede afirmarse que el tiempo que tarda el cadáver en igualar su temperatura con la del medio ambiente depende más de la diferencia entre la temperatura corporal en el momento de la muerte y la temperatura ambiental que de los valores absolutos de ambas temperaturas.
Según investigaciones, la curva de dispersión térmica viene caracterizada por un período de 3 a 4 horas en el que la temperatura corporal disminuye en no más de medio grado a la hora; por un segundo período, que comprende las 6 a 10 horas sucesivas, en el que la dispersión térmica es de alrededor de un grado por hora, finalmente por un tercer período en el que la temperatura disminuye en ¾, ½ o ¼ de grado por hora, hasta nivelarse con la temperatura del ambiente.
Debe recordarse que se trata de cifras simplemente orientadoras, susceptibles de notables variaciones en relación con los factores extrínsecos mencionados, capaces de acelerar o retardar el enfriamiento cadavérico.  Pero no se han podido calcular, para tales factores, coeficientes de aumento o disminución utilizables en una ecuación tendientes a establecer sobre una base matemática las relaciones que existen entre la temperatura cadavérica y la data de la muerte.

Importancia médico legal

El enfriamiento cadavérico posee dos aplicaciones prácticas de gran interés médico legal, siendo ellas:
  1. El diagnóstico de la muerte: una temperatura de 20º C se considera incompatible con el mantenimiento de la vida, y por lo tanto, como signo de muerte cierta.  Esta afirmación debe ser tomada con reserva cuando se trata de sujetos recuperados de medios ambientes a muy bajas temperaturas, que han tenido un síndrome de congelación.  Salvo esta posibilidad, el descenso de la temperatura de un cuerpo hasta la temperatura mencionada equivale a un diagnóstico de muerte real; la temperatura se tomará en las cavidades rectal o vaginal.
  2. La data de la muerte: la termometría puede ser muy útil en el cronotanatodiagnóstico.

Deja un comentario